viernes, septiembre 29, 2006

El Desempleo Juvenil, "Una Triste Realidad"

“La cesantía llegó para quedarse” es una frase que algunos han nombrado, y que otros dicen, responde al pesimismo típico de unos pocos optimistas.

Pero la realidad en algunos grupos etarios es realmente triste, desoladora e indudablemente deprimente; Las cifras hablan por si solas, por que en Chile sólo uno de cada tres jóvenes (36,1%) está inserto en el mundo del trabajo.
La estadística es bajísima. Es el grupo que menos participación laboral tiene en Sudamérica, en comparación con las tasas de empleo del mismo segmento etario, que presentan nuestros vecinos como Brasil (61,8% de sus muchachos de entre 15 y 24 años trabajando) Bolivia y Perú (con un 58,9 y 57,4%, respectivamente) Peor aún, no existe una definición exacta de las edades que componen este grupo en el caso de Chile. Hay instituciones que hablan de grupos entre los 28 ò 30 años de edad en este caso, y que dice que uno de cada cuatro jóvenes tiene trabajo. Sin duda un factor preocupante, pues un gran porcentaje de ellos son Profesionales, y ven como todo el esfuerzo realizado no les esta dando resultado.

Las consecuencias de esto son insospechadas, las tasas de suicidios aumentan, para que nombrar la depresión, la baja autoestima, el sentirse inútil, desmotivado. Trabajan en la primera oferta laboral que se les ofrece. Es así como tenemos un grupo de profesionales trabajando en: Púb., discotecas, restaurantes, locomoción colectiva, vendedores, dicho de otro modo, en un sin fin de empleos, que en la realidad no quieren y que muchos de ellos lo hacen sin deseos.

Es así también como las motivaciones por entrar al mundo laboral se transforman en frustraciones, al obtener un puesto de trabajo se cobra poco, los sueldos son bajos, puesto que tienen como objetivo, no tener la capacidad económica de vivir bien, si no la de conseguir una fuente de ingreso y la de mantener el trabajo.

Es incomprensible, sin mirar en menos a nadie, que un ingeniero gane un poco más que un jornal, o que un ingeniero cobre casi lo mismo que un jornal: Con esto el comportamiento del profesional no es el mismo, ya que el rendimiento es bajo, producto de la frustración y la desmotivación, que traen consigo los bajos ingresos.

Las razones.
Para todo existe una explicación, más allá que esta nos guste o nos disguste, y estas son consecuencia de actos de visiones y decisiones mal tomadas o que simplemente hay que mejorar.

Voy a señalar algunas que incluso he nombrado antes, y otras que pudieran ser utilizadas para mejorar la captación de la mano de trabajo joven.
  • Tenemos un tapón Natural; que no nos permite avanzar en la generación de nuevos puestos o mejor dicho de reemplazar vacantes de trabajo. Vuelvo a insistir, nuestro sistema de pensiones es tan básico, es tan injusto que las personas no se quieren jubilar, prefieren mantener sus puestos de trabajo, para aumentar su capital de jubilación y así optar a una mejor pensión. Como consecuencia de esto, es que a la masa laboral joven se le coarta la posibilidad de trabajo, incluso, esa misma persona puede estar quitándole la posibilidad de trabajo a un hijo, sobrino o un pariente lejano, pero, debemos entender sus razones: nadie quiere jubilar con un sueldo bajo, es aquí donde tenemos que realizar un esfuerzo serio. El primero de estos es incentivar la jubilación, pero una jubilación digna, de calidad, para eso el estado debe hacerse parte en un porcentaje para asegurar este fin, y dar subsidio de jubilación no a todos, pero a lo menos uno, diferenciado a los tres primeros quintiles, de modo de asegurar que la jubilación no sea nunca inferior a $ 150.000 mil pesos, y tampoco inferior al 75% del sueldo que recibía la persona, en el promedio de su vida laboral o en los últimos 6 años de cotización.
  • Incentivo a la contratación: Si queremos incentivar la contratación de fuerza laboral joven debemos dar mejores opciones para su contratación, primero con la bonificación con parte de su sueldo, entregándole capacitación gratuita, pero capacitación especializada y sobre todo focalizada a la realidad de la empresa en la cual se desarrolla, para así obtener un producto diferenciado y que se complemente con las necesidades de la empresa para hacer que la masa laboral joven se transforme en un valor agregado para la organización.
  • Acortar las carreras: Nuestro sistema de educación también debe mejorar. Nuestros jóvenes profesionales egresan de sus carreras a los 24 o 28 años de edad, dependiendo del tiempo de duración de estas, nuestro sistema de educación no es especialista si no general: Egresan como ingenieros civiles, médicos generales, abogados pero sin especialidad; debiéramos acortar la duración de las carreras, no disminuyendo su calidad, pero si aumentar la especialización en los tópicos de los procesos industriales, para que nuestros jóvenes profesionales desarrollen talentos por áreas prioritarias de las empresas.
Es importante señalar que en otros países las carreras duran bastante menos, y que en seis años de estudios, por lo general ya tienen grados académicos de master. En nuestro sistema un profesional con seis años, es un profesional, esperando para poder especializarse. Aquí tenemos una tremenda oportunidad, sin duda la especialización académica será uno de los tópicos más importantes a la hora de elaborar nuevas estrategias y permitir el ingreso al mercado laboral.
  • Capital de emprendimiento: Tenemos que generar capital de emprendimiento, necesitamos crear una cultura nacional que nos permita creer y soñar, en la creación de negocios, de empresas, de ideas. Y no solo apuntar al desarrollo tecnológico, si no apuntar a la creación de fuentes de trabajo, al autoempleo, a la capacidad de generar nuestras propias formas de ingresos. Si queremos fortalecer la PYME, demos oportunidad a esta masa de personas que tienen las ideas, el conocimiento, y muchos tienen proyectos. Junto con ello debemos asesorarlos, guiarlos y hacerlos parte de su proyecto, como país y como estado. Como estado hacerlos parte del capital, ser socios, compartir el riesgo y prestar toda la ayuda para apuntar a que estas nuevas empresas funcionen y permanezcan en el tiempo. Ser socios también significa ser parte del capital, del recurso humano y económico de la empresa, para así compartir ganancias y que el estado recupere su inversión, de esta forma tener más capital fresco para seguir apoyando a las distintas formas de generación de empleo.

“El trabajo dignifica” es un dicho que todos sabemos y entendemos, pero el trabajo también genera otras consecuencias, a mayor cantidad de personas trabajando, mayor consumo, a mayor consumo, más utilidades, a mayor razón de utilidades más impuestos pagan las empresas, a mayor pago de impuestos de las empresas, mayor utilidad fiscal, y a mayor utilidad fiscal, más recursos para utilizar en redes sociales, en reformas y en la realización de nuevos proyectos.



"CONTRUYAMOS UN PUENTE AL CAMINO DE LOS SUEÑOS"
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